Elemento 115, ¿Moscovium o combustible extraterrestre?
El descubrimiento del elemento 115, Moscovium, fue realizado por primera vez en 2003 por un equipo de científicos rusos y estadounidenses del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California.

Dmitri Mendeléyev, el famoso químico ruso, es universalmente reconocido como el artífice de la tabla periódica de los elementos que utilizamos hoy en día. Data del año 1869 y, desde entonces, esta tabla ha experimentado notables evoluciones, por ejemplo, a principios de la década de 2000, cuando se le añadió un nuevo elemento.
Este elemento recién integrado fue el Moscovio, que lleva el símbolo Mc, también conocido por su nombre latino Ununpentium (Uup) según la nomenclatura de la I.U.P.A.C, la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada. El moscovio es el 115º elemento de la tabla periódica.
. Este descubrimiento fue el resultado de la fusión de átomos de calcio y americio en un aparato llamado ciclotrón, lo que condujo a la creación del átomo de Moscovio. Sin embargo, es esencial mencionar que el Moscovio es extremadamente radiactivo e increíblemente inestable, y que su isótopo más estable, el Moscovio-290 (véase Wikipedia), tiene una vida media muy corta, de unos 0,65 segundos.
Aparte de sus propiedades nucleares, se dispone de poca información sobre las propiedades químicas del Moscovio, debido principalmente a la dificultad y el coste de su producción, así como a su brevísima vida útil. Por ello, sigue siendo un tema de investigación complejo y fascinante en los campos de la química y la física nuclear.
Desde su descubrimiento, el Moscovio ha suscitado un gran interés en la comunidad científica y en el campo de la ufología.
De hecho, Bob Lazar, antiguo empleado de la base secreta S-4 de Nevada (según él mismo afirma), había mencionado la existencia del Moscovium mucho antes de su descubrimiento. Se dio a conocer en una entrevista anónima (bajo el seudónimo de Dennis) concedida a la emisora local de Las Vegas (KLAS) en 1989, con el periodista George Knapp. Lazar afirmó que la base secreta en la que trabajaba alberga nueve naves extraterrestres y que estaba intentando aplicar ingeniería inversa nada menos que a una de ellas.
Lazar afirmó tener conocimiento de la existencia del elemento 115 como parte de sus actividades. Describió el uso de este elemento en la propulsión de naves espaciales extraterrestres, afirmando que podría generar gravedad artificial permitiendo que estas naves espaciales se movieran sin depender de combustibles convencionales.
Según Bob Lazar, las naves espaciales objeto de estudio estaban equipadas con tres generadores en forma de delta dispuestos a distancias iguales y, cuando se alineaban, creaban un intenso campo gravitatorio que podía dirigirse en cualquier dirección. Este intenso campo gravitatorio podría anular la gravedad local alrededor de la nave espacial, permitiendo que ésta se moviera a velocidades increíblemente altas sin experimentar las limitaciones de la física convencional.