Los Espejos Ardientes de Arquímedes
Entre el mito y la realidad en la invasión de Japón por Kublai Khan

Los Espejos Ardientes de Arquímedes, a menudo envueltos en misterio y fascinación, han sido objeto de muchas especulaciones sobre su posible uso en conflictos históricos. Entre estas conjeturas, una teoría intrigante sugiere que Kublai Khan, fundador de la dinastía Yuan en China, exploró el uso de estos dispositivos durante sus extensos planes para invadir Japón en el siglo XIII.
En el siglo XIII, Kublai Khan, nieto de Gengis Khan, se propuso extender su imperio hasta Japón. La invasión, conocida como la Segunda Invasión Mongola de Japón (1281), se vio obstaculizada por acontecimientos naturales, entre ellos el tifón Kamikaze, considerado por muchos como una intervención divina que protegía a Japón.
Los Espejos Ardientes de Arquímedes, un concepto que se remonta a la Antigua Grecia, eran espejos cóncavos utilizados para enfocar la luz solar sobre objetos inflamables, creando incendios. Aunque se ha confirmado la existencia de estos dispositivos, su aplicación en conflictos históricos sigue siendo en gran medida especulativa.
Algunos historiadores especulan que Kublai Khan, consciente de los vientos favorables y los elementos naturales que habían jugado a favor de Japón durante el primer intento de invasión, podría haber buscado formas innovadoras de sortear estos obstáculos. Los espejos ardientes de Arquímedes se contemplaban como un arma estratégica que podía provocar incendios devastadores en los barcos japoneses.
Esta teoría está rodeada de dudas, ya que existen pocas pruebas concretas del uso real de los Espejos Ardientes de Arquímedes por parte de Kublai Khan. Los historiadores también señalan las dificultades técnicas que entrañaba la fabricación y coordinación de estos dispositivos a gran escala. Sin embargo, un artículo reciente podría aportar pruebas de que estos dispositivos sí se utilizaron.
El estudio de estas hipótesis nos permite ahondar en la intersección de la tecnología, la estrategia militar y el modo en que las sociedades antiguas veían la innovación. El posible uso de los Espejos Ardientes de Arquímedes reflejaba la previsión de Kublai Khan a la hora de explorar nuevos avances tecnológicos para alcanzar sus objetivos.
Al hablar del posible uso de los Espejos Ardientes de Arquímedes por parte de Kublai Khan durante la invasión de Japón, es importante señalar que esta teoría específica no cuenta con un amplio apoyo por parte de la comunidad histórica. Las referencias directas a dicho uso en documentos históricos son escasas, y la mayoría de los relatos de la época se centran en otros aspectos de la invasión mongola. Esta escasez puede explicarse por la fragilidad de los medios de escritura de la época. Sin embargo, en la traducción al árabe de la obra "Diocles: los espejos en llamas", podemos leer lo siguiente:
ثم نزل زنودوروس الفلكي إلى أركاديا وعرَّفنا به,
وسألنا عن كيفية إيجاد سطح مرآة بحيث عندما توضع في مواجهة الشمس
فإن الأشعة المنعكسة منها تلتقي بنقطة وبالتالي تسبب حرقًا.
Traducción:
Entonces Zenodoro, el astrónomo, bajó a Arcadia y nos fue presentado, nos preguntó cómo encontrar una superficie de espejo tal que, colocada de cara al sol, los rayos reflejados en ella se encontraran en un punto y provocaran así una quemadura.
Sin embargo, algunos escritores e investigadores han planteado teorías y especulaciones similares, a menudo como parte de debates más amplios sobre las tecnologías militares y las estrategias bélicas de la época. Entre los historiadores que han abordado el tema de forma marginal se encuentran:
Stephen Turnbull, reputado especialista en estudios militares asiáticos que ha escrito sobre la historia de los samuráis y los conflictos en Asia Oriental. Aunque su obra se centra más en los aspectos tradicionales de la guerra, es posible que haya mencionado estas especulaciones en el contexto de su investigación más amplia.
Gavin Menzies, polémico autor de "1421: The Year China Discovered the World", ha propuesto algunas atrevidas teorías sobre supuestas exploraciones chinas a principios del siglo XV. Aunque su obra ha sido criticada por muchos historiadores, se dice que abordó la cuestión de los espejos ardientes de Arquímedes como parte de sus especulaciones sobre las tecnologías de la época.
Es esencial señalar que estas referencias no garantizan la validación académica de la teoría en cuestión. La mayoría de los historiadores prefieren basarse en pruebas directas y fuentes contemporáneas cuando tratan temas tan específicos. La comunidad histórica sigue siendo cautelosa a la hora de aceptar teorías que no se basen en pruebas sólidas y verificables.
También existen teorías sobre el uso de vidrio en lugar de metales en la fabricación de espejos ardientes. En 1747, Georges-Louis Leclerc de Buffon realizó un experimento para estudiar la validez de la leyenda de los espejos ardientes en el castillo de la Muette ante el rey Luis XV. Para ello, fabricó un espejo circular con 168 pequeños espejos de aproximadamente 16 cm por 21,5 cm. El foco de este espejo está a unos 6 metros del objetivo. Hizo pruebas con un número diferente de espejos. Con 45, Buffon pudo fundir un frasco de estaño. Con 117 espejos, fundió trozos de plata y enrojeció una lámina de metal.
Un nuevo experimento fue realizado en 1973 por el científico griego Ioannis Sakkas. Este científico utilizó espejos metálicos con una fina capa de bronce pulido, cuyas dimensiones eran casi idénticas a las de los escudos griegos de la época. En solo 2 minutos, consiguió quemar un modelo a escala de una galera de 3,60 metros de largo a una distancia de 50 metros.
En conclusión, podríamos pensar que las armas de energía dirigida inventadas por Arquímedes son cosa del pasado; al fin y al cabo, vivimos en una sociedad que domina la tecnología nuclear. Sin embargo, no es así. DARPA lleva al menos varias décadas estudiando este tipo de tecnología. Por ejemplo, el proyecto HELLADS (High Energy Liquid Laser Area Defense System) en la categoría de armas láser, cuyo objetivo era crear un láser para destruir los sistemas de navegación aérea de combate.
También hay que mencionar el proyecto MIMIC (Microwave and Millimeter Wave Integrated Circuit) para armas de microondas dirigidas. Según este artículo publicado por Scientific American, el gobierno estadounidense ha gastado alrededor de 6.000 millones de dólares desde 1960 en el desarrollo de este tipo de armas. Sin embargo, dada la evolución actual de las operaciones militares, en particular el uso masivo de drones en el conflicto ruso-ucraniano, es muy probable que las armas de energía dirigida pasen a formar parte del arsenal de la mayoría de los ejércitos, ya que son especialmente eficaces contra los drones.
Traducción por UAP Spain y Galan Vazquez
Esta obra está bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0